La encontré en un paradero por el que no pasaba hace mucho tiempo, pero para ella era lo común.
- Háblame de algo divertido, hoy estamos celebrando.
- La verdad no tengo nada que contarte -respondió con un tono cortante- ¿y que estaríamos celebrando?
- Mi cumpleaños...
Comenzó a mirarme extrañada.
- Tu cumpleaños es en octubre...
- No, ese era mi viejo cumpleaños, ahora es el 15 de junio.
- ...
- ¡Cumplo dos años Ale!
- ¿Dos años?, ¿dos años de que? ... ¿desde...? -su voz se volvió triste.
- Si, desde ese día. -creo que nunca había hablado sobre eso tan alegremente, y ella también lo notó.
- Odio cuando te ponis tan hueón -arrugando la frente y dedicándome una mirada de rabia.
- No, enserio, no es por dar pena ni nada, es solo que hay que celebrarlo.
Su gesto cambió de rabia a curiosidad.
- Creo que para nadie fue motivo de fiesta.
- Claro, después de todo alguien se murió y no creo que eso sea motivo de fiesta, ademas nadie celebra el día mismo que uno nace, solo los cumpleaños, y hoy es mi cumpleaños.
- Estay enfermo hueón, no se que mierda tenis en la cabeza -volvió su rabia-, le hiciste daño a tanta gente, y a ti, ¡a ti!
- Si se Ale, y me arrepiento de eso, y también tengo unos asuntos pendientes sobre aquello, que mas que nada son gracias y disculpas, pero en el fondo, no me puedo sentir mal ni arrepentirme por lo que yo ... por lo que El hizo.
Me miro a los ojos como no lo había hecho hace tiempo.
- ¿Porque no? -y ahora si, su voz era pura tristeza.
- Porque El no estaba bien. El sufría mucho y era todo lo que odio. No puedo decir que eramos completamente distintos, porque me heredo bastante, pero ... no se, cuando El se murió, yo nací y tuve la oportunidad que El no tuvo: la de empezar de nuevo.
- No te ves tan distinto como crees.
- Tal vez, pero al final, ¿que importa como me veo?, podre ser igual a El físicamente, pero El quería otras cosas, tenia otras cosas, amaba otras cosas... y todas esas cosas lo llevaron al final, a la ultima pagina del libro, todas esas cosas que quería lo llevaron a su muerte.
- Sigues siendo una niñita, sigues llorando por todo, sigues sintiéndote débil y cobarde, sigues enamorándote de todo lo que se mueva, sigues siendo el mismo idiota que disfruta hacerse daño y estar dentro del pozo que eras hace 2 años.
- Quizás, pero como te dije, esas son solo cargas que El me dejó, y ahora, ahora soy mas fuerte, ahora no me caigo, y si lo hago, me levanto las veces que sea necesario. La soledad ya no me va a volver a hacer caer ... ni la compañía tampoco. El dolor que El vio en estos ojos me permite ver las cosas de forma distinta, como si hubieran otros colores, o si el aire tuviera otros aromas, como si el dolor lo hubiera hecho todo mas bello.
Se quedó pensativa, como con la tentativa de si decir o no lo que tenia en mente, pero finalmente lo soltó:
- ¿Y si no cambiaste, si tal vez El nunca hubiera muerto, si solo dormía, como en una especie de coma del que algún día vas a despertar?
Mi voz se volvió un poco mas seria.
- Me hago esa pregunta todos los días ...
...
- Yo se que crees que cambiaste, pero tienes que entender que la gente no siempre cambia, somos humanos, no cambiamos, y aunque no soportes la idea, tu también. Tengo miedo ... tengo miedo de que un día despiertes de este sueño donde eres una persona feliz y El despierte para terminar lo que no pudo.
- Yo también tengo miedo Ale, pero si es que El llegara a despertar, se que soy lo suficientemente fuerte para hacerle frente, se que la próxima batalla la ganaré yo. No importa que todo lo bueno haya sido un sueño, en los 2 años que tengo, he aprendido que aveces los sueños son tan fuertes como la realidad, y estoy dispuesto a enfrentar la realidad si llega el momento, dispuesto a que mis sueños sean mi lucha.
- Creo que si has cambiado un poco Da...
- Dime De Lefént -interrumpí.
- De Lefént. -y acercó su mano a la mía mientras sonreía.
Pasamos un rato hablando de las cosas que habíamos olvidado en estos dos años. Entre risas y discusiones (que era lo mas típico en nuestras conversaciones), nos enteramos de cosas que poco importaban y seguimos ahí hasta que recordó que tenia que irse.
- Nos vemos en dos años querida.
- Con gusto caballero -lanzó una mirada picara.
Me iba alejando a pie cuando escuche su voz.
- ¡Oye!
No me había percatado de lo mucho que se acercó.
- ¿Dime?
Me abrazó fuerte mientras acercaba sus labios a mi oído, y como si se tratara de un secreto, me susurró:
-Feliz cumpleaños.
-
730 Días.
miércoles, 15 de junio de 2011
Publicado por DAguito De Lefént en 14:57 | Etiquetas: De Lefént. | Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir en X Compartir con Facebook |
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