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  1. Algo se quemó en año nuevo.

    lunes, 2 de enero de 2012

    Descansaba un segundo. Mi familia bailaba y yo tomaba un vaso de mi mezcla mágica de vino, bebida y vodka, entonces fue que una tía preguntó.

    - ¿De donde viene ese humo?

    Mi papá fue a ver a la casa de al lado pero no había nadie, así que yo le puse una bombilla con sombrilla tropical a mi vaso, y salí a buscar.

    La calle estaba llena de humo, y junto con las luces de la calle creaban en el lugar un atmósfera extraña, como si en cualquier momento comenzara a sonar la música, y apareciera Carlos Pinto.

    - ¿Que pasó? -le pregunté a una señora en la calle, mucha gente había salido para ver que ocurría.

    - No sé, parece que hay un incendio pero no se sabe donde.

    Comencé a caminar. Caminé mucho, pero a medida que avanzaba, el humo lo hacia conmigo, hasta que yo no pude seguir por el fin de un camino, y el humo se fue. Volví a mi casa, y seguí con el vino.

    - ¿Y, que pasó? -dijo mi madre.

    - Algo se quemó, pero nadie sabe que.

    ¿Y saben?, ahora lo entiendo un poco, y es que el mundo se esta quemando.

    Se esta prendiendo fuego a si mismo
    pensando que así podrá empezar de nuevo
    como si del fenix se tratase.

    Es que quizás ha oído los cuentos del fin del mundo
    y escuchar todos los días que tu muerte está cerca, te pone a buscar opciones.

    Tiene miedo, y el dolor de a poco lo va rompiendo
    y se abre a paso lento
    entre temblor y temblor
    hasta abrir una gran herida, y dejar salir su fuego interior.

    Se quema
    por todos lados, el mundo se quema.

    Piensa que es un nuevo año
    que con este nuevo comienzo
    y con el fuego que todo lo acaba
    tendrá una nueva oportunidad.

    Pero no.

    Discúlpame tierra, pero el pensar que el paso de un día a otro va a cambiar todo, que el pasado se va a quemar, es simplemente ridículo.

    Y son tantos, tanta gente, al igual que el mundo, que recibe con los brazos abiertos un nuevo año, con sus cabalas, pensado que solo con abrir los brazos, va a cambiar algo.

    Pero el abrir los brazos no basta, hay que usar las manos, y moldear el mundo.

    Sin quemar nada, sin miedo al ayer,
    poniendo la frente en alto y preparar la tierra
    para volver a sembrarla
    y con un poco de suerte, volver a ver los arboles crecer.

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