Rss Feed
  1. Nadie sabe sobre su aroma (caramelo).

    lunes, 14 de noviembre de 2011

    - ¿Estas bien?

    - Si -respondí rápido, tratando de que no creyera que le mentía.

    - ¿Te pasa algo?

    - Si.

    - Estas demasiado cortante, y no pareces estar aquí.

    - Lo siento-dije con honestidad-, es que ... es mi brazo.

    - ¿Te duele?

    - No. Lo que ocurre es que ... bueno, huele extraño.

    - ¿Extraño?

    - Si, pero no es un olor malo, es que simplemente no es mi olor.

    - ¿Y como es este olor?

    Entonces yo le hice un gesto como para que se acercara a mi brazo, y una vez tomado entre sus manos, acercó su pequeña nariz a el.

    - Huele como a manjar -me dijo, riéndose.

    - Si, algo así, pero no es manjar, sino que algo parecido, algo acaramelado.

    - No es malo.

    - No, pero no es mio.

    - ¿Y, desde cuando te molesta?, creí que te encantaban las cosas que no son tuyas.

    - ...

    - Lo siento.

    - No importa -le dije.

    - ¿Cuando fue que apareció este aroma?

    - Fue esta mañana. Yo me encontraba en clases cuando una profesora llegó diciendo que debíamos hacer una ensayo PSU de historia...

    - Entonces ... -interrumpió el silencio que inconscientemente había dejado, mi mente no se encontraba ahí en ese momento.

    - Entonces me puse a responder la prueba y comencé a sentir un extraño aroma. Como a caramelo, o a manjar ... hasta por un segundo pensé en una calúga, pero no. No podía definirlo claramente, solo sabia que me desesperaba. Demoré un rato mas en notar que el olor provenía de mi mismo.

    - Que extraño.

    - ¿Que?

    - Que notaras que no era tu olor.

    - ¿Eso es extraño?

    - Claro, nadie sabe sobre su aroma, solo sobre el de los demás. Es como nuestras voces, conocemos las de los otros pero al escuchar la nuestra en una grabación, nos parece extraña. Lo mismo con los olores, nadie conoce el propio, por eso lo extraño de que te percataras.

    - Es que justamente eso era lo que me afectaba. Cuando lo descubrí intente continuar con la prueba, pero el olor se intensificaba y cada vez me parecía mas repulsivo. Me cambié de mesa pensando que podía ser algo en ella, pero el olor seguía sobre mi brazo y parecía esparcirse. En cierto momento no aguanté mas y salí corriendo al baño. Pasé toda el agua posible sobre mi brazo, y froté hasta que doliera un poco, pero ahí seguía. Cuando ya no supe que mas hacer, saqué el horrible jabón con olor a detergente que había en el baño, y froté lo mas fuerte posible. Y ahí quedo, un olor extraño, el caramelo ya se había ido, pero seguía siendo molesto, lo que quedó tampoco era mío.

    - ¿Que te molesta tanto de que no sea tuyo?

    - Quizás el saber que existen en nosotros cosas que no podemos definir claramente, pero que de todas formas son parte de nosotros, y que solo nos volvemos conscientes de ellas al saber lo que no son.

    - No entiendo.

    - Imagínate que te preguntaran cual es tu canción favorita, pero al no tenerlo claro, comienzas a nombrar todas las canciones que no son tu favorita.

    - Sigue.

    - Pero en algún momento te darás cuenta que no puedes escuchar todas las canciones del mundo, y que intentar saber cual es tu favorita nombrando las que no son, no tiene un sentido realmente.

    - Y no soportas eso, que no haya un camino correcto sin conocer el incorrecto, que tengas que conocerlos ambos y recorrer el equivocado por completo para recién comprender que era otro el camino, pero es imposible, el camino incorrecto nunca termina.

    - No, realmente me enferma.

    Ambos mantuvimos silencio, supongo que nos cuestionábamos cosas, como intentando comprobar lo que acabábamos de hablar.

    - ¿Y entonces, cual es tu olor?

    - No lo sé, pero se que no es caramelo.

    - ¿A que crees que huele un De Lefént? -me dijo, con un tono que parecía entre broma y serio.

    - A tabaco suave, a piel caliente ... sudada, a vodka, y a un libro nuevo.

    - Y no fue necesario que nombraras nada que no fueras.

    - No, quizás no, quizás solo es necesario conocernos bien ... quizás.

    - ...

    - ¿Y tu? -pregunté antes de que se marchara-, ¿a que crees que huelo?

    - A miedo, De Lefént, a miedo y caramelo.

  2. 0 comentarios: