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  1. Sonámbulo.

    lunes, 27 de junio de 2011

    - ¡Beban de mi leche!
    - Cállate hueón, nadie nos va a comprar así -me dijo medio serio, intentando contener la risa.

    De todos modos, la mierda de la leche fue mi idea, así que podía promocionarla como a mi me pareciera. Nos estaba yendo muy bien la verdad, vender leche caliente los días que hay 3 o 4 grados siempre es buena idea.

    - ¿Cuanto cuesta el café?

    Era una compañera de curso demasiado linda para ser una compañera de curso. Pololeaba con un amigo de un curso mas arriba, motivo por el cual no era el blanco de todos mis compañeros ... incluyéndome.

    - 300, pero es leche con café, no hay leche sola.

    - Bueno no importa dame una.

    Le hice un gesto a mi amigo para que sirviera la leche mientras yo sacaba el vuelto, entonces me preguntó.

    - ¿Fuiste al mall ayer? -aunque era una pregunta, parecía demasiado segura de la respuesta, mas bien parecía una afirmación.

    - No, no, ¿porque?

    - Es que ayer estaba en mi casa y me llamo el Feña -su pololo- muy sorprendido. Me dijo que te vio en el mall con esa chaqueta de cuero con la que siempre andas, se paro en frente tuyo para saludarte y luego tu no lo reconociste y seguiste de largo sin siquiera saludarlo.

    - Se confundió, yo ni siquiera estaba en Santiago ayer.

    - Yo le dije lo mismo, que se debe haber confundido, pero el estaba muy seguro.

    Entonces mi amigo le pasó el café y se fue lo mas rápido que pudo.

    Al siguiente recreo ya no nos quedaba leche por lo cual nos encontramos libres de hacer lo que quisiéramos. Fue entonces que lo fui a buscar.

    - ¡Feña!

    - Que pasa De Lefént -extendió su mano y me saludo con su mirada siempre pasiva.

    - ¿Como estay?

    - ¿Bien y tu?, oye, ¿porque no me saludaste ayer?

    - ¿Donde? -hice como si no supiera nada de lo ocurrido.

    - En el mall po, me pare al frente tuyo, pensé que estabai enojado.

    - Feña ... yo no estaba en el mall ayer, ni siquiera estaba en santiago.

    Entonces fue que todo comenzó a ponerse raro. Su rostro se deformo, paso a ser una mueca de descomprensión absoluta, como si fuera un niño al que le intentan explicar que nunca fue el ratón quien dejo el billete bajo la almohada.

    - ¡Hueón erai tu!, si hasta llevabai la misma chaqueta negra de cuero que usai siempre.

    - Te lo juro, yo no estuve ahí.

    - Pero que chucha ... es que hueón, estoy seguro.

    Su cara se recompuso un poco, pero seguía confuso. La verdad era extraño, ni siquiera pasaba por su cabeza la idea de haberse equivocado, no parecía que estuviera mintiendo, era como si ... como si dijera la verdad.

    - Ya filo no te preocupis, si siempre me confunden con hueones que supuestamente son iguales a mi. Me acuerdo que para el primer día de clases tampoco estaba y varios amigos me dijeron que vieron a alguien igual a mi y otros hasta me saludaron, parece que mi rostro es mas común de lo que me gustaría.

    - Que raro ...

    - No si ya te dije, siempre me confunden.

    - No, no eso.

    - ¿Que cosa?

    - Que cada ves que alguien cree verte o ve a alguien igual a ti, tu no estas.

    - Obvio, si estuviera yo ahí no se confundirían... -ironicamente.

    - No po hueón, no me refiero a eso, me refiero a que cada vez que pasa, tu estay muy lejos. Es como si ese doble tuyo solo apareciera cuando esta completamente seguro de que no hay posibilidad de que tu aparezcas, estando en los lugares que tu deberías, como si apareciera para reemplazarte cuando tu no estas.

    En ese momento me di cuenta de que aunque lo que el decía era completamente en hueveo, tenia razón: había alguien idéntico a mi. Aparecía cuando yo no estaba, cuando me iba de viaje, cuando dormi...

    Cuando dormía.

    En ese momento recordé las palabras de una amiga, y comencé a sentir miedo.

    - ¡Oye!

    - A ... ¿que?

    - No se ... te quedaste en blanco. Estay pálido hueón, parece que viste un fantasma.

    - Peor.

    - ¿Que viste?

    - a El.

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