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  1. Cualquiera está en los momentos difíciles.

    jueves, 16 de febrero de 2012

    Se llama Leslie, es mi tía, y hace unos años tuvo depresión.

    Yo era pequeño, y de las pocas cosas que recuerdo de esos años, es que mi tía era bastante desagradable. Nadie parecía disfrutar de su compañía, y la verdad, dudaba de que ella disfrutara de la de alguien mas.

    Una noche antes de ir a verla, yo no podía dormir, y escuchaba a mis padres hablar con otros tíos.

    - Es que la Leslie es tan insoportable a veces -decía mi madre.

    - Si -afirmaba otra tía-, y es tan desatenta, nunca prepara nada cuando la vamos a ver.

    Escuche por horas todo lo que hablaban. Tenía cierto encanto escuchar a los adultos cuando realmente eran ellos, cuando no mentían fingiendo valores frente a los niños.

    Al otro día yo tenía algo que ver en la tele, y no quería ir, por lo que le pregunte a mi madre.

    - Mamá, ¿porque vamos a ver a la tía si no le cae bien a nadie?

    Y ella me respondió:

    - Porque es nuestra familia, y es lo correcto.

    Eso parecía ser suficiente para mi madre, pero lo cierto es que mientras transcurrían los años, las visitas eran cada vez menos frecuentes, hasta que pasaron a ser inexistentes.

    Hasta hace unos dos años:

    - ¿Donde vamos? -yo iba en el auto, y aun no me enteraba de el asunto.

    - A ver a tu tía Leslie -respondió mi madre.

    En ese momento ni siquiera me acordaba que la tía Leslie existía, pero luego de un rato la recordé.

    - ¿Y porque vamos a verla? -el sentido de la pregunta era claro: porque ahora, que había cambiado.

    - Es que a tu tía le dio depresión.

    Después de eso un silencio marco todo el viaje.

    Cuando llegamos nos encontramos con la mayoría de mis tíos, era una gran reunión familiar, que buscaba sacarle alguna sonrisa a la solitaria Leslie.

    Y contra el que era mi pronostico, funcionó.

    Cada cierto tiempo la íbamos a visitar, y en muy poco se volvió un miembro habitual de la familia, luego de haber desaparecido por años.

    Tampoco es que haya cambiado, seguía siendo igual de idiota. Pero era la familia, y eso era lo correcto.

    Finalmente mi tía superó su depresión, y todos sacaron pecho, sintiéndose orgullosos de sus valores familiares, jactándose de su filantropía con la desagradable Leslie.



    Nunca mas la vimos.



    Puede que exagere, quizás un par de veces mas, pero en esencia fue lo mismo, Lsslie volvió a desaparecer. Tampoco digo que no se lo merezca, ella era una idiota, pero yo me preguntaba para que había sido todo el esfuerzo si todo volvería a ser como antes.
    Es que si alguien realmente la hubiera amado, las cosas hubieran sido distintas.

    Y no puedo evitar pensar en uno de esos dichos populares, esos que la gente trata de sabiduría:

    "Los verdaderos amigos se ven en los momentos difíciles"

    o

    "Cualquiera está en los momentos fáciles".

    Pero lo cierto es que cualquiera puede estar en los momentos difíciles. Porque los momentos fáciles, esos que destacan por las risas y la felicidad, requieren esfuerzo. Y ese esfuerzo es mas que perder tu sábado, mas que la bencina que tengas que echar al auto, mas que cualquier sacrificio material o temporal. El verdadero esfuerzo, trata sobre abrir el corazón, e intentar amar.

    Y a la pobre Leslie, nadie la intento amar. Se limitaron a cumplir con su labor familiar y devolverle su sonrisa, cuando eso estuvo listo, volvieron a dejarla sola, y su sonrisa se marchó, quedando en la memoria familiar en el mismo lugar que Leslie: en el olvido.


    Eso, a mi parecer, fue tomar el camino fácil.


    Quizás por eso tenía depresión mi tía Leslie.

    Quizás nunca nadie la amó.

    O quizás, nadie se dio el tiempo de amarla.

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